Recuerdo mis comienzos con la enfermedad, durante un tiempo me llovían centenares de pensamientos por la cabeza: mis miedos, mi tristeza, mi ansiedad, mis enfados…, y como no, también recuerdo los primeros consejos de apoyo de la gente que me rodeaba (familia, amigos, asociación de EM) y de la actitud tan positiva que me transmitían muchos de ellos, sobre todo una persona en especial, mi madre.
Recuerdo un día cuando estaba en la consulta de mi neuróloga. Fui a verla desesperada porque me había dado mi segundo brote, que para mi fue peor que el primero (aunque el brote era mas leve) porque era la confirmación de mi enfermedad. En los asientos de enfrente había dos señores, ambos con sus respectivas señoras y los dos matrimonios estaban charlando. Al principio yo no les prestaba atención, pero en cuanto que escuché “Esclerosis Múltiple”, mis antenas empezaron a desplegarse. Después de un rato de escucha, me enteré que los dos hombres tenían EM desde hacía unos años y me llamó muchísimo la atención la diferencia que tenían de ver las cosas: uno era muy positivo y le daba unos consejos y recomendaciones al otro de una manera que te subía el ánimo y las ganas de tirar para delante y el otro era muy negativo, decía que su vida ya no tenía sentido y que no era justo que el estuviera así y mientras el otro señor le hablaba ponía cara de estar pensando: “Vale tu di lo que quieras pero yo voy a seguir pensando que esto es un problema y no vas a hacer que cambie de opinión”. Curiosamente al escuchar a sus respectivas señoras, a ellas les pasaba igual.
Y ahora os pregunto: ¿os imagináis quién de los dos señores estaba más afectado por la enfermedad?, sorprendentemente era el que tenía una actitud muy positiva. Estaba bastante afectado y con diversas secuelas, pero tenía lo más importante, y es que su actitud y la de los que lo rodeaban era MUY POSITIVA y llena de sonrisas. Con el tiempo tuve la suerte de conocer más a este señor, y a pesar de que hace muchos años que no le he vuelto a ver tengo que agradecerle que desde el primer día que le escuche me dio el empujón para elegir mi actitud positiva.
Si todos ponemos de nuestra parte y elegimos una actitud positiva seguro que podremos conseguirla, y todo serán ventajas: es gratis, te sientes mejor contigo mismo, contagias a los de tu entorno, ves las cosas de otra manera…, está en ti, tu eliges.
Os animo a que le dediquéis un momento al vídeo que adjunto, me ha gustado tanto que quiero compartirlo con todos vosotros.