lunes, 1 de enero de 2018

AJUSTAR LAS VELAS


Nadie sabemos lo que la vida nos puede deparar de un día para otro, incluso en el mismo día en un instante la vida nos sorprende tanto para bien como para mal. 

Si es para bien la cosa suele ser sencilla y tenemos muchas más facilidades para adaptarnos a los cambios, sin embargo, ¿ qué ocurre cuando es para mal?, cuando estás en tu rutina y de repente te llega algo inesperado, algo desagradable con lo que no contabas, que no entra en tus planes; para mí como para cualquiera, he aquí uno de los peores retos que nos pone la vida. ¿ Fácil ?, para nada, todo lo contrario. 


En la mayoría de las ocasiones no lo podemos evitar que vengan pero si depende mucho de nosotros cómo afrontarlos y en qué lugar queramos posicionarnos. 
En la medida de lo posible, siempre con los pies en el suelo y siendo realista, trato de hacerle frente a este tipo de batallas desde una visión mental positiva.
Después de tantos años, mi gran amiga no deja de sorprenderme, es tan caprichosa que nunca se con qué novedad va a venir, en los cuatro últimos años he estado tres sin sorpresas y en el 2017 me ha visitado tres veces. La última hace doce días con un buen brote de neuritis óptica afectándome de forma considerable la visión del ojo izquierdo.
¿ Contenta ?,  por supuesto que no. ¿ Triste ?, pues tampoco. Soy realista y sé que lo que tengo y a lo que me enfrento, me ayudo de mis armas e intento ajustar las velas para navegar lo mejor posible e intentar no perder la calma y con la esperanza de que la tempestad llegara a su fin.

Os deseo de todo corazón que tengamos un feliz año 2018 y cargado de sorpresas de las buenas, y que tengamos una gran fortaleza para afrontar las malas de la mejor manera posible.


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