Lo que voy a contar a más de uno le sonará familiar, porque estoy segura que no soy la única a la que le ha pasado. Poneros en situación: empiezas a trabajar con compañeros nuevos, o te relacionas con nuevas amistades o amistades de siempre, familiares cercanos o no…, de repente un día sale en conversación por ejemplo: “hoy estoy mas floja, la inyección de ayer me ha dejado fatal”, te preguntan: Que inyección?, ¿por qué?, ¿para qué?, … y después de un bombardeo de preguntas tu te limitas a decir: “Tengo Esclerosis Múltiple y tengo un tratamiento para tratar de frenar la enfermedad”. Hasta aquí las conversaciones son como desde hace quince años, con la diferencia de que antes la gente me decía: ¿Cómo?, ¿Qué?, ¿Qué es la Esclerosis Múltiple ? y cuando yo les explicaba lo que era la enfermedad la gente o se quedaba con la cara de “ no se ni que narices me ha dicho pero le voy a decir que lo entiendo “, o me decía “ah, si, pues cuídate que los dolores de espalda y de huesos, a la larga son muy delicados”, y ahora en la actualidad, tengo que reconocer que la gente tiene un poco más claro de que trata la enfermedad pero aún así es vergonzoso el tener que aguantar las típicas respuestas como por ejemplo: “ pero tu estás muy bien, no?, vamos yo te miro y porque tu quieras decir que tienes una enfermedad”, o también: “vamos que con tu tratamiento todo solucionado”.

Por otro lado, también tengo que decir que afortunadamente yo estoy rodeada en mi vida cotidiana de personas que no guardan el perfil que he descrito y que por supuesto, no tenemos que dedicar tiempo a este tipo de personas, no merece la pena, es muy difícil que lo podamos cambiar, lo que si os aconsejo a que si alguna vez os veis en esta situación penséis: “A palabras necias, oídos sordos”.